Avisamos: este no es un perfume para todos los públicos. Pero «los públicos» a los que le gusta, lo adoran. Su nombre ya nos da la pista, se llama Cardinal y pertenece a la casa Heeley, El propio James Heeley, fundador y dueño, lo define como «incienso envuelto en pliegos de lino blanco y fresco». No es un incienso pesado ni del pasado, incluso tiene cierta chispa floral. Y una claridad inesperada.
Esta fragancia se basa en notas de frankincienso, láudano y cistus. El lino le da liviandad y la combinación de ámbar gris, pachulí y vetiver imprime a Cardinal un raro misticismo. A la vez, como todas las fragancias de esta casa mitad inglesa, mitad francesa, consigue ser limpia y fresca.
Si este perfume fuera un cuadro, sería un cuadro de Zurbarán, pero no sería un cuadro de monjes y refectorios, sino uno de sus bodegones de flores o de sus famosas santas, porque hay color y sensualidad. James Heeley ha logrado despojar al incienso de la gravedad y llevárselo a un territorio de limpieza y dulzura.
Puedes mezclarlo (porque los perfumes se pueden mezclar) con Mente Fraîche. La menta le da frescor al incienso y el incienso solidez a la mente. Es una combinación fabulosa.
Notas de salida: Incienso. Lino blanco. Pimienta rosa.
Notas de cuerpo: Láudano. Frankincienso. Mirra.
Notas de base: Ámbar Gris. Vetiver. Pachulí.
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100 ml.