¿Elegimos un libro por su portada? ¿Juzgamos a una persona por su ropa? ¿Compramos una vela por su aspecto? Sí, somos ese tipo de personas que piensa que no es que el hábito haga al monje, es el monje.
Las velas de Maison Matine son preciosas, vaya eso por delante, Su vaso es de hormigón pintado y tiene vida más allá de la vela. Es un diseño de Charline Dajean que nos gusta ver y tener cerca.
Hablemos de la vela. Como todos los productos de Maison Matine es una vuelta de tuerca de la perfumería parisina. Tienen el refinamiento de los aromas franceses, pero actualizados. No hay nostalgia en ellos.
Onde Urbaine huele a viajes y como a nosotros nos interesan los viajes, nos interesa esta vela. Su familia olfativa es floral y especiada. Es suave, nada invasiva. Tiene notas de té y azahar, además de cardamomo, pepino, jengibre. Y muchas más: almizcle, cedro de virginia, vainilla… Te sonará a batiburrillo olfativo, pero el saber hacer de su creador, Julien Plos, hace que sea limpia y amable.
Nos gusta por:
- Cuando se acabe usaremos el vaso y nos gustará tenerlo cerca. Es dos productos en uno.
- El aroma tranquilo y elegante.
- Es un regalo que no puede no gustar.
160 gramos. Duración 40 horas.
Cera 100 % vegetal, de colza y coco /Hormigón francés/ Mecha de algodón ecológico/Packaging reciclado y reciclable/Creado en Paris y fabricado en Francia.